El partido que enfrentó al CSKA de Moscú y al Maccabi Tel Aviv demostró ser un igualado enfrentamiento que no se resolvió hasta el último segundo.
No empezó muy bien el partido para el Maccabi, el cual empezó perdiendo 14-6 ante un CSK que parecía enchufado desde el principio del partido con un gran Khryapa, que fue el mejor de su equipo. Ante este comienzo, David Blatt decidió sacar a su tractor particular, Schortsanitis, que se manejó bien en la zona, una vez Kaun fue cambiado, y consiguió que su equipo no se quedase atrás en el marcador, acabando el primer cuarto con un 19-16 a favor de los rusos.
El segundo cuarto fue un sufrimiento para los israelitas, pues el acierto en triples de los rusos estaba resultando demoledor y salieron vivos a duras penas del cuarto. La mala defensa del Maccabi se solventó en poca medida con las contribuciones de jugadores como Blu o Tyus. Khryapa y Teodosic se encargaron de dejar el marcador en 38-30 y también dejar una mala sensación a los israelitas, que no se habían impuesto en ninguna ocasión en el marcador y no estaba siendo un buen partido para ellos.
A partir del descanso fue cuando las cosas se volvieron interesantes en el partido. No sabemos si fueron los gritos de David Blatt o la realización de la posición en la que estaban la que reactivó al Maccabi, pero después de un intercambio de golpes que duró todo el tercer cuarto y en el que salió perdiendo el Maccabi y el CSKA aumentó su diferencia a 10 puntos. La defensa del Maccabi seguía igual de blanda y los triples y tiros a media distancia no dejaban al Maccabi acercarse a más de 10 puntos. Rice se había cargado al equipo en sus espaldas y aún le daba esperanzas para ganar el partido en el último cuarto. Aun así, todo el mundo veía que el marcador no se iba a mover de ahí, pues la tónica del cuarto cuarto estaba siendo parecida a la del tercero. Craso error. A falta de 4 minutos y medio, y con un fallo de Weems, se desencadenó el contraataque israelita. Con un triple de Hickman y una canasta a contraataque, la diferencia se acortó a la mitad y aún quedaban 3 minutos y medio. Mientras que los jugadores del Maccabi aumentaban en confianza, los del CSKA descendieron, provocándose pérdidas (Krstic,Weems...), pérdidas que Rice no dudó en aprovechar para acercar a 3 puntos a su equipo a falta de un minuto. No podría decir si la presión pudo con los rusos, pero la anteriormente blanda defensa del Maccabi ahora era un muro infranqueable y sus contraataques rápidos y letales. Blu y Rice se encargaron de aproximarse a un punto del CSKA después de que los rusos consiguiesen alejarse a 6 puntos, y todo esto a falta de 12 segundos. El CSKA sacó de banda. Parecía que Khryapa se la iba a jugar, por lo que se la pasaron. No controló el balón y Blu, atento a sus movimientos, consiguió robarselo. Se inició el contraataque que acabó en Rice que consiguió meterla con una entrada de espaldas a canasta. Quedaban 5 segundos. El CSKA intentó su última jugada, pero Weems no consiguió meter el triple y el Maccabi ganó el partido.
Después de ir ganando durante todo el partido, parecía increíble que el CSKA hubiese perdido, y ahí estaba la prueba: Rice dirigiéndose a su público, que tanto animó a su equipo allí en Milán, y el público reaccionando con una invasión de campo debido a la felicidad que había dado aquel resultado. Veremos qué pasa hoy en la final contra el Real Madrid, otro duro rival, pero esa satisfacción no se la quita nadie.
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